Un murciano participará en la primera expedición adaptada al monte Galdhopiggen
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Esta aventura es la parte
práctica del Curso Superior de Montañismo para Ciegos y Adaptado de la
Fundación UNED, en la que sólo unos pocos valientes se han atrevido a
embarcarse.
Y la fase más dura será la ascensión al monte Galdhopiggen, el más alto de
los Alpes escandinavos.
Así, entre los expedicionarios
están los ocho alumnos que han realizado el curso (de los que siete no son
ciegos), que vienen desde País Vasco, Extremadura, Murcia y Madrid, dos
profesores y doce voluntarios veteranos del grupo de montaña de la ONCE de
Madrid, al que pertenecen los otros cuatro montañeros ciegos y ocho guías.
El capitán de esta iniciativa es
Francisco Javier Bueno, quien esta mañana en una rueda de prensa ha aplaudido
el gran interés que ha suscitado el montañismo adaptado dentro y fuera de
España, una disciplina que sólo se realiza en nuestro país.
"Es digno de resaltar y de
mostrar. Es la primera vez en el mundo que se hace una expedición adaptada
docente. En lo deportivo somos la caña", expresó a los medios de comunicación.
Y, ¿cómo practican la montaña los
deportistas ciegos o con discapacidad visual grave?
Lo hacen en equipos de tres personas, unidos uno detrás de otro en una
barra direccional, que tiene una longitud de entre dos metros y medio a tres
metros.
Un guía con capacidad visual
encabeza el equipo, seguido en la barra de una persona ciega total y, en último
lugar, se encuentra otro deportista con discapacidad visual.
De esta manera el guía puede dar
instrucciones de forma verbal y moviendo la barra, que siempre se colocará en
el lado donde se encuentre la caída de la montaña. Si hay una subida, elevará
la barra, y viceversa, para que sus compañeros ciegos sepan a qué se enfrentan
en cada momento.
La expedición es sólo una de las
modalidades que existen dentro del deporte de montañismo.También hay otras como
la escalada o las carreras de montaña.
Lo cierto es que con personas ciegas ya se habían hecho pruebas y pequeñas
experiencias en algunos de estos deportes, pero lo que más se ha desarrollado
es la barra direccional, que también se usa en senderismo.
Los perros guía que acompañan en
el día a día a estos montañeros se quedarán en casa. "Son más
urbanitas", bromeó el capitán del equipo, quien explicó que a la hora de
afrontar el reto de escalar el Galdhopiggen lo que más temen es la lluvia y el
peligro de avalanchas.
Con esta aventura, se pretende
fomentar distintas pruebas y retos en los que se integren deportistas con
discapacidad para conseguir cada vez un mayor grado de inclusión en la sociedad.
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