Pagoeta

14:44



La lluvia siempre es un elemento que genera riesgos que pueden parecer absurdos. Sin embargo bien se sabe que si dejamos de lado este componente la probabilidad de accidente se multiplica. Cierto es que esa misma probabilidad muchas veces se queda en agua de borrajas, pero sigue siendo un peligro más que nos metemos en la mochila. Y si a esto le sumas una tierra donde su forma de ser está unida a la necesidad de un buen chubasquero… Por eso hay días que por mucho que los programemos y delimitemos minuciosamente, el factor suerte nos ha tirado al traste todo lo realizado.

Hoy parecía uno de esos días que miras a regañadientes para saber de que lado está la naturaleza. Sin embargo, se podría decir que ésta nos ha brindado con una de sus mejores galas. Y es que después de un día de lluvia ver que la mañana siguiente un sol reluciente ilumina toda la panorámica es realmente algo mayúsculo. Cumbres de todo tipo, prados de un color verde intenso, y el sol buscando surcos de entre las nubes para dar sus primeros coletazos a la primavera. Aún así el factor riesgo siempre lo hemos mantenido en mente y no ha faltado mucho para dar media vuelta y volvernos cabizbajos. Pero los rayos han iluminado ese camino que nos ha facilitado para alcanzar la tan ansiada cumbre; en este caso la de Pagoeta. Ha medida que ha ido avanzando el día la naturaleza nos ha facilitado acercarnos a animales, ver la nueva era de las flores, y que alguien como Carlos que habitualmente no tiene esto mismo a su alcance pudiera sorprenderse a cada rincón.

Hoy, Carlos, ha podido disfrutar de algo tan extraordinario como es la propia naturaleza, y compartir esto mismo nos hace lagrimear de felicidad. Por eso que menos que decir gracias a Carlos y gracias naturaleza por ofrecernos estos momentos únicos de montaña.

elkarrekin ibiliaz askoz hobe

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