Más allá de la cumbre

Muchas veces hemos pensado que no hay que realizar grandes recorridos para ver la belleza que nos brinda el mundo. Cierto es, que existen los retos con un fin propio y personal donde la cima tiene un valor importante. Pero cuando se trata de ver más allá de las montañas, y observamos el amor incondicional de todo un grupo que bailan al mismo compás, hace que las propias nubes bajen a disfrutar de lo que realmente la naturaleza brinda. Y es que hoy, no sólo hemos apreciado unas vistas de postal, sino que hemos sido parte de una experiencia grupal donde cada individuo era un componente esencial del colectivo. Cada persona, fuera cual fuera ha dado ese grano de maestría. Txistularis, dantzaris de Egape, el propio ayuntamiento de Urnieta… y a eso sumémosle aquellos que siguen dando todo su valor con auténtica entereza como son nuestros amigos Armando, Manoli y Ainhoa donde siempre les guardaremos una parte de nuestro corazón junto a Nerea. Además si rematamos con gente como toda la cuadrilla de Aurrera Markelekin, Iñaki Baños o la propia María Lesaca… que más se puede pedir para conseguir una auténtica sonrisa y una sensación espectacular. Y para culminar, le hacemos un guiño a la naturaleza plantando el tan preciado roble. Por ello, ahora podemos entender porque Markel nos ha mostrado su punto más bonito riéndose a carcajada, porque el esfuerzo de todo un grupo con un fin común, es mucho más precioso que cualquier cumbre inalcanzable.